Seis meses
Medio año a cuestas.
Que casualidad hoy cumplo medio año. Ya empiezo a notarlo. No es lo mismo que antes; en brazos todo el día, niño para arriba, niño para abajo. Ahora todo es diferente; andador para arriba, andador para abajo. ¿Que será lo próximo? ¿mandarme a trabajar?
Mis padres bien, no hay queja. Pero ellos ¡ay mi espalda! ¡ay mis riñones! Otra cosa no pero quejarse, se quejan. Mientras tanto yo con mis encías en carne viva. ¿Me quejo? NO. Que aprendan.
Mirando atrás... cuantas cosas han pasado y, por suerte cuantas no ha pasado. Menos mal que mi padre no la ha vuelto a liar. Esta vez han sido los dos. Os explico. Resulta que nos hemos mudado. No se les ocurre nada mejor que dejarme solo en la cama. Ellos: que si ponemos este mueble aquí, esta mesa allá. Mientras tanto yo al suelo que fuí. Cuando me oyeron llorar... ¡El niño! ¡Peligro! ¡Ay pobrecito!. Sí, muy bonito casi me parto la crisma mientras ellos jugando a los decoradores guais.
